Corpus 2008

Se repite ritual del Corpus en Villacarrillo y va en aumento su proyección nacional. Mucho se ha dicho sobre él, lo escrito tiene ya un volumen de imposible clasificación y sus facetas religiosa, artística, turística y sociológica se funden en un crisol que proporciona un fiel calidoscopio de la sociedad de Villacarrillo. El afán de mejorar al año anterior, la solidaridad y el trabajo en equipo afloran y se hacen patentes con resultados notables de arte popular.

El 2008 se ha vivido con un ojo en el cielo y otro en el suelo; el trabajo del día y, según casos, de todo un año, al albur de la díscola meteorología, que adelantó un conato de lluvia dando paso a un cielo espléndido, pero que el día anterior deslució un prestigioso certamen de pintura rápida que organiza el Ayuntamiento.

El Corpus es, sin desmerecer otras fiestas señeras como la Semana Santa, un referente y un embajador de Villacarrillo en el exterior, que hay que aprovechar en toda su proyección. Su nombre es pronunciado con orgullo, en proporción directa a la distancia que en ese momento nos separe de nuestro pueblo.

Pero aun con esta presencia imponente, para mejorar hay que bajar a lo cotidiano y buscar los puntos débiles que, desde la perspectiva no religiosa, los hay. Así se observa la dificultad para cohesionar un paquete turístico atractivo con un abanico de ofertas centradas en el Corpus, ya sea del patrimonio artístico, gastronómico o medioambiental, con el Parque Natural; y todo a pesar de un importante esfuerzo municipal en su promoción. También es patente el déficit de plazas hoteleras, un escollo de relevancia, que podría tener respuesta en un futuro próximo. De otro lado, los numerosos cortes de tráfico, aunque necesarios, suponen molestias importantes sobre todo a quienes vienen de fuera sin conocer el complicado entramado urbano de Villacarrillo. Problema que se puede mitigar optimizando el recorrido en coordinación con el Ayuntamiento, cuya policía local se multiplica para regular con eficacia la circulación. Asuntos menores que sin embargo hay que resolver.

Vemos como la grandeza de la celebración y las cuestiones de la logística se mezclan en este maremagnum de vida, color y sentimientos.