





Este fin de año se jubila José Ramón Claverías. Para quien no lo conozca, y me extrañaría que hubiese alguien así en este pueblo, se trata del funcionario de mayor rango del Ayuntamiento de Villacarrillo.
José Ramón entró a trabajar en el Ayuntamiento hace 39 años, la mitad de los cuales en el cargo actual. Puede que alguien piense que es un hecho normal, pero está lejos de serlo, José Ramón atesora méritos que no pueden quedar anónimos.
La Administración pierde un servidor fiel, con un sentido excepcional de la "cosa pública", de Villacarrillo como patrimonio común, con una identificación plena con la entidad municipal, con una enorme capacidad de trabajo y una dedicación absoluta. Con un conocimiento exhaustivo de las actuaciones municipales de las últimas décadas. Quienes haya tratado con él, y pueden contarse por miles, habrán comprobado que trata con la misma corrección al humilde ciudadano que llega con su problema, que al personaje importante que llega con el suyo, al último concejal que al Delegado o al Consejero, consiguiendo un difícil equilibrio, el del interés general y los interese individuales y además ofreciendo soluciones.
Ha servido con la misma lealtad a todos los Equipos de Gobierno municipales, fuese cual fuese su color político, ofreciendo consejo, prudencia y conocimiento, en tres de los cuales y durante 11 años he tenido la oportunidad de constatar cuanto aquí digo.
Pero además en una persona excepcional: humilde, modesto, divertido, conversador, amigo de sus amigos, con pasión por la vida y ahora sobre todo por sus dos nietas, las niñas de sus ojos, a las que al fin podrá dedicar más tiempo, al igual que a su mujer. Aunque su experiencia y capacidad nos la seguirá ofreciendo altruistamente.
En el último pleno municipal de este año se aprobó una moción de felicitación. Por su dedicación, profesionalidad competencia y lealtad. Moción aprobada por unanimidad de los 17 concejales actuales, pero que podría haber sido por unanimidad de todos los concejales de las últimas décadas. Y donde también se dio la bienvenida a la persona que lo sustituirá, Maleni Fernández, durante muchos años ha compartido y aprendido de este gran profesional.
Al final nos fuimos a celebrarlo también los 17 concejales con un aperitivo (para los mal pensados: pagado a escote). Celebración que repetimos tras cada reunión plenaria de Navidad desde hace unos años, y si no me equivoco como excepción en los ayuntamientos que conozco, donde el clima político no permite esta connivencia entre políticos de distintos grupos. Y es un hecho para sentirse orgulloso, que en Villacarrillo la clase política sea capaz de disputar con pasión, incluso puede que con dureza, los asuntos municipales, pero que después vayan a tomarse juntos una cerveza. Y nobleza obliga, tengo que reconocerles ese comportamiento a mis adversarios políticos.
Villacarrillo tiene una demanda creciente de plazas para residencia de ancianos, tanto para servicios de día como para 24 horas. Tal es así que no hay suficientes plazas para cubrir esa demanda y la lista de espera se agranda progresivamente. Listas de espera que a las edades de estos usuarios se convierten en un gran problema para ellos y sus familias.
Las políticas sociales vienen definiendo que donde mejor está una persona mayor es en su casa, hasta cuando esto sea posible, con diferentes grados de apoyo social: ayuda a domicilio, comida a domicilio y otros servicios de esta índole. Y por suerte en Villacarrillo se dispone de servicios más eficaces, profesionales y completos que en la mayoría de localidades de nuestra geografía.
En la actualidad la residencia dispone de 48 plazas, 24 para personas que se valen por sí mismas y otras 24 para asistidos. Los empleados son 15, entre auxiliares de clínica, ATS, limpieza, cocina, lavandería, trabajadora social y otros. También dispone de 10 plazas en la unidad de día, es decir, la persona llega a primera hora de la mañana y se marcha a media tarde, siendo atendido durante ese tiempo.
Ahora se está ejecutando una importantísima ampliación, proyectada y supervisada por los técnicos municipales, con el arquitecto Juan Bautista Villar a la cabeza, un nuevo edificio anexo con 1.100 m2 construidos en tres plantas que incluirá 9 habitaciones dobles y 2 individuales con todos los servicios y comodidades, además de salones comunes, gimnasio, rehabilitación, puestos de control y adecuación de otras instalaciones existentes, con criterios de eficiencia energética y unas preciosas vistas sobre nuestras sierras. En resumen se amplían otras 20 plazas de asistidos para ser concertadas con la Junta de Andalucía, que aumentará las necesidades de personal en unas 17 personas, entre auxiliares de clínica, servicios y administración. No está todo finalizado, queda dotarlo de una equipación completa y especializada que requiere unas cifras de inversión notables.
Instalaciones modernas, atención integral a nuestros mayores, puestos de trabajo, inversión pública y empleo indirecto, en resumen una actuación para sentirse orgulloso.
Si alguien pregunta dónde va el dinero público, éste es un buen ejemplo. Si alguien comenta las dificultades económicas del Ayuntamiento, merece la pena pasar esas dificultades para mantener este tipo de servicios.
Como es un asunto que se remonta a más de una decena de años con diversas ramificaciones, no está de más una explicación pública, que ya ofreció en los medios el alcalde, pero que me gustaría ampliar dado que he vivido sus últimos, y trascendentes, 10 años.
En primer lugar, aclarar una cuestión que no es del general conocimiento: la iglesia de Santa Isabel, que a lo largo de la historia ha sido también convento de clausura, cárcel durante la ocupación francesa y hospital, es en la actualidad de titularidad municipal (siendo éste un tema de conflicto, que detallaré más abajo) y por tanto al Ayuntamiento competen las decisiones últimas sobre el bien.
Primero la explicación de la urgencia. Ante el evidente mal estado del edificio el arquitecto municipal realiza una inspección y constata elementos en el interior y en el exterior que pueden provocar desprendimientos y peligro para las personas, con lo que elabora, firma y presenta en alcaldía un informe, que a partir de ese momento hace recaer la responsabilidad de cualquier percance sobre el Ayuntamiento y su alcalde, que puede llegar en caso de accidente a ser responsabilidad penal. Con ese informe sobre la mesa ningún alcalde en su sano juicio puede hacer otra cosa que ordenar su cierre y vallado perimetral de forma inmediata y urgente.
Segunda cuestión, el estado del edificio y qué hacer al respecto. Este es, para mí y muy por encima de todo lo demás, el asunto más importante: que ese edificio se conserve en perfectas condiciones para el pueblo de Villacarrillo. Lo demás es ruido y problemas secundarios, por muy importantes que nos parezcan a unos o a otros.
El progresivo deterioro del edificio se constata desde hace años y la alta cuantía de su arreglo se escapa, por mucho, de las posibilidades del Ayuntamiento, por lo que venimos haciendo gestiones ante la Consejería de Cultura para que la Junta de Andalucía aborde la obra. En esa lucha nos ha sido de gran utilidad la ayuda de la delegada de de Cultura en Jaén, nuestra paisana Paqui Company. Varios de sus arquitectos han abordado el problema y elaborado a partir de mediciones y estudios geotécnicos un proyecto de rehabilitación completo.
Este proyecto habla de las patologías: asientos de cimentación que provocan grietas y fisuras generalizadas en muros y bóvedas, humedades por capilaridad en los muros, falta de estanqueidad de la cubierta por envejecimiento y deterioro del entejado y el tablazón de madera que lo sustenta, descomposición de la piedra en las piezas que forman la cornisa de la fachada por meteorización.
También trata el proyecto de la intervención necesaria: recalce de la cimentación, restauración de la coronación de los muros, demolición de la cubierta, construcción de nuevo armazón, cerramiento del tejado, reparación de grietas, tratamiento de las humedades, reposición del junteado, tratamiento de las bóvedas, instalación eléctrica completa e instalaciones de protección. Plazo de ejecución 6 meses, con una empresa especializada en inmuebles histórico-artísticos. Presupuesto total aproximado, 530.000 € (casi 90 millones de pesetas).
¿Quién paga ese coste?
Desde hace años la Junta de Andalucía, el Obispado de Jaén y los ayuntamientos a través de la FEMP, desarrollan un convenio marco para grandes reformas de edificios religiosos, con la distribución de cargas económicas. Si las tres partes están de acuerdo, la obra se incluye en un convenio específico y se ejecutan las obras. Así hace pocos años la Iglesia de la Asunción se benefició de ese convenio tripartito.
En el momento actual, la Junta de Andalucía tiene redactado el proyecto básico y está de acuerdo en aportar dinero, el Ayuntamiento está de acuerdo en aportar dinero, aunque su situación económica no lo hace fácil, pero consideramos la imperiosa necesidad de la restauración de la Iglesia para el patrimonio arquitectónico de Villacarrillo. Falta que la tercera parte, el obispado se manifieste en la misma dirección.
A este respecto aflora un asunto que lleva años sobre la mesa. Y antes de explicarlo, aclaro que cada parte tiene derecho a mantener las posiciones que considera defienden a sus respectivas instituciones, unos los derechos de la Iglesia y otros los derechos del pueblo de Villacarrillo a través de su Ayuntamiento, al que en este asunto he representado en algunas ocasiones.
El anterior párroco, D. Manuel Peláez puso sobre la mesa la demanda de la propiedad de la Iglesia de Santa Isabel aduciendo (haciendo una simplificación que quita muchos matices) que la inscripción registral de la misma de principios del siglo XX a favor del Ayuntamiento no debía haberse hecho, dado que consideraba era propiedad de la Iglesia que no escrituraba sus bienes. La posición de los asesores legales del Ayuntamiento discrepaba de esa interpretación y argumentaban que en caso de haber sido así la Iglesia lo habría alegado en aquel momento, además de que un Ayuntamiento como entidad administrativa de derecho no puede ir contra sus propios actos y que el inmueble está legalmente inscrito a nombre del Ayuntamiento. Así la Iglesia ha venido pidiendo la devolución del bien. Se pidieron informes a la historiadora Ana Olivares y se tuvo una entrevista con el registrador de la propiedad, sin que se desbloquease el tema.
Había que buscar una salida al problema que "salvase la cara" a todas las partes, considerando que desde el Ayuntamiento se está totalmente de acuerdo en que el bien siga manteniendo su uso religioso por parte de la comunidad de las Mercedarias y de la cofradía, a cuya hermana mayor, Paqui Crespo, doy ánimos para continuar con la responsabilidad del cargo, en los momentos difíciles que están pasando. Así se realizó una propuesta a la Iglesia, que apoyan por unanimidad todos los grupos políticos del Ayuntamiento: efectuar una cesión de la propiedad de la iglesia de Santa Isabel con la condición resolutoria de mantener el culto durante al menos 30 años, y en caso contrario volvería a propiedad municipal. Esto es, cesión con escrituras de propiedad desde el primer día, propuesta que fue bien vista desde el propio entorno de la Iglesia. En aquel momento los representantes de la Iglesia no lo consideraron conveniente y han seguido pidiendo la propiedad y el reconocimiento del error. A día de hoy desconozco una opinión importante, la del nuevo párroco.
Esta semana está prevista una reunión con representantes del obispado para desbloquear el tema. La posición del Ayuntamiento: prioridad total a la restauración de la Iglesia; en segundo lugar, regularizar la situación de la propiedad con la propuesta que antes mencionaba. Esperamos y deseamos que la decisión del obispado vaya en la misma línea que Junta de Andalucía y Ayuntamiento y veamos pronto las obras de restauración de nuestro hermosa iglesia de Santa Isabel.
Durante años los comerciantes y empresarios del entorno de la Iglesia y la plaza de los Caños, llevan planteando la pérdida de peso económico de la zona y la necesidad de que la administración se vuelque en la recuperación de la zona.
Al hilo de esa demanda, lógica y justa, recordaba como hace ya 10 años, poco después de la primera legislatura de la que fui concejal, empezamos a hablar de la grandes líneas de la revisión del planeamiento urbanístico en Villacarrillo. Por aquel entonces ya se constató la situación de deterioro y abandono progresivo del centro histórico. Era evidente que el comercio, la administración, el ocio y los recursos económicos de todo tipo se desplazaban a otras zonas como el entorno del Paseo y los nuevos sectores de urbanización. Había un alto número de casas abandonadas y las inversiones municipales se habían orientado, en gran medida, a otros barrios.
Se evidenció la necesidad de acometer una recuperación integral de la zona incluyendo en los presupuestos de cada año partidas destinadas a tal fin. Era de interés general la recuperación urbanística de la zona más emblemática del pueblo, nuevas posibilidades comerciales y empresariales y conservar nuestro patrimonio arquitectónico.
Para comprobar el estado real de aquella decisión he elaborado un mapa de inversiones que me permitiese verlo con perspectiva, y es el que encabeza el artículo. En rosa las obras de infraestructura vial (agua, saneamiento, calzada, mobiliario urbano), en azul las inversiones en infraestructura (edificios administrativos), en verde los proyectos de iluminación.
Como se observa, se ha actuado en una tupida red urbana. Renovación completa de Ministro Benavides (ya no recordamos las inundaciones que se producían varias veces al año), avenida Andalucía, Guadalquivir, último tramo de calle La Feria, entorno de la Iglesia, plaza de los Caños, Velázquez, Puerta del Sol, San Fernando. Iluminación de Carmen, Goya, Antón Pérez, Minas, Guitarrista Manjón, Ramón y Cajal. Rehabilitación del Ayuntamiento, Biblioteca Municipal. Reconstrucción de la plaza de la Iglesia, servicios comarcales del Servicio Andaluz de Empleo (SAE), proyecto conjunto de restauración de la Iglesia, ubicación de las nuevas oficinas de la Seguridad Social. Adquisición de la cooperativa del pan para abrir una nueva calle que descongestione el entorno de la Iglesia. Paralelamente proyectos como el de la Junta de Andalucía de Rehabilitación Autonómica para viviendas particulares que ha rehabilitado varios cientos de casas en la zona y la redacción de nuevas normas urbanísticas que diese facilidades a los propietarios de vivienda.
Como se ve, no es fruto de la casualidad. Se puede, y se debe, pedir más, pero reconociendo que la intervención municipal ha sido de envergadura y con una cantidad de recursos económicos notable. La zona lo merece.
Queda otra faceta, la inversión privada. Para que la recuperación sea efectiva, la zona necesita vida, necesita comercio de calidad, hostelería, oficinas. Hasta ahora la respuesta ha sido seria en algunas facetas y tibia en otras. Se han modernizado comercios, se ha abierto un restaurante que ha adquirido fama de calidad junto a la iglesia. Pero falta la inversión en infraestructura. El Ayuntamiento dispone de dos zonas urbanísticas para las que necesita de la iniciativa privada: el actual aparcamiento frente a Unicaja y la cooperativa del pan. Los recursos municipales son insuficientes para su desarrollo y busca inversión privada para sacar a delante proyectos urbanísticos que conjuguen el aprovechamiento privado del espacio con las necesidades urbanísticas de interés general, esto es, el trazado urbano y el aparcamiento.
Un importante camino andado y un importante camino por recorrer. Estamos hablando de nuestras señas de identidad.