En las primeras elecciones municipales, allá por 1979, y después de 40 años de sequía democrática, había poco menos que tortas por presentarse a concejal. Fue una reacción lógica al hambre de participación de toda una sociedad.
Hoy, 30 años después, las cosas han cambiado mucho. Y hablo de pueblos de nuestras nuestras dimensiones para abajo, que es lo que conozco. Cada 4 años los partidos, todos los partidos, tienen verdaderos problemas para encajar candidaturas competentes. La causa es evidente, hoy el ser político tiene escaso reconocimiento social, y ausencia de compensaciones de cualquier tipo, sumado a la complicada situación financiera de todos los ayuntamientos, que hace escasamente atractivo el cargo. Es la excepción el que un partido tenga que dejar fuera de los puestos de salida a personas que sabe serán buenos concejales. Todo hay que decirlo, eso ha ocurrido en las últimas elecciones municipales en el PSOE de Villacarrillo.
La política municipal ha alcanzado un grado de tecnificación notable, y cualquiera puede presentarse a concejal, pero cualquiera no debe ser concejal, porque las funciones que desarrolla afectan a la vida de miles de personas.
Es complicado atraer a profesionales preparados, a empresarios o a técnicos, pues lo que se les puede ofrecer no es dinero, no es prestigio (hoy un cargo es el pim, pam, pum diario), no es poder, que está tremendamente limitado por la ley y la escasez de recursos. Es tan sólo la satisfacción de trabajar para cambiar mi sociedad y mi pueblo. Nos pasamos la vida diciendo cómo tienen que ser las cosas, según nuestra ideología y nuestro entendimiento y cuando llega la oportunidad no podemos quedarnos impasibles en la barra del bar siguiendo con la crítica estéril.
Recuerdo una frase que pronuncié en una asamblea de mi partido y que me costó muchas críticas, dije algo así, como que la política local no puede acabar siendo cuestión de jubilados y menesterosos. No faltó el demagogo de turno que me espetaba que los jubilados pueden ser tan buenos políticos como cualquiera. Pues claro que sí, pero no podemos permitirnos perder a todo el resto del espectro ciudadano porque no hay incentivos.
La política local tiene que ofrecer algo a los candidatos. Reconozco que uno de los mayores éxitos de Juan Jiménez Requena (independientes 1991) fue convencer a los ciudadanos de que es mejor político el que no cobra, así consiguió junto a PP e IU lo que en mi opinión fue una villanía, que Alfonso Carlos Herreros Vela no cobrase como alcalde. Una forma perfecta de quitarse muchísimos competidores de en medio. Huelga decir que cuando él llegó a alcalde fue el primero en ponerse un sueldo, que seguro se merecía como todos los demás.
Pero el tema es conseguir que personas competentes, profesionales de cualquier tipo, puedan dedicarse a la política al menos sin perjuicios para ellos. Un primer paso es la dignificación de la política, a lo que estamos de acuerdo no contribuyen muchos políticos. Pero es importante que la dedicación de un alcalde o un concejal no sea motivo de lucha partidista, sino que esté contemplado en la ley. Que se marque para un pueblo de tantos habitantes cuantos liberados se necesitan (mínimo y máximo) y cual es el sueldo del alcalde y concejales. Esto ya se hace con puestos de responsabilidad como tesorero, interventor o secretario. ¿Cómo no va deber hacerse para un cargo más importante como es el de alcalde?
El futuro de los pueblos está en manos de sus concejales. Y los pueblos no pueden permitirse que los que tienen capacidad y competencia se queden fuera.
4 comentarios:
No me había planteado alguna de las cosas que dices, pero siempre he pensado que quien hace un trabajo, y mas si es importante, tiene que tener un sueldo digno, y un alcalde es el mas alto cargo y mas alta responsabilidad de un pueblo. Y un alcalde competente trae mucho dinero a un pueblo, mucho, ahorra otro tanto y hace que las cosas funcionen mejor, y eso lo puede hacer alguien con capacidad y preparacion. Y a esa persona hay que mantenerla en condiciones. Yo pensaba en que cobrase lo mismo que el funcionario de mayor sueldo mas un euro, pero lo que dices de fijar por ley su sueldo parece hasta mas objetivo.
En cuanto a los concejales tines toda la razón, pues un pueblo como Villacarrillo tiene que tener a varias personas dedicadas exclusivamente a cuidar los negocios del ayuntamiento, que al final el dinero hay que sacarselo a Jaen o a Madrid, y alguien tiene que decicarse a eso, porque sino se pierde mucho dinero.
Para empezar los políticos tendrían que dar ejemplo, reconociendo que en Villacarrillo son anómalos los casos de "sacar los piés del tiesto, o meter las manos en la masa", y desde hace tiempo se cometen errores pero eso no ocurre. Ver los telediarios no anima a respetar a los políticos, aunque los abusos se producen en cualquier faceta de la vida humana y más cuando hay de por medio dinero, influencia, poder o simplemente vanidad. Sólohay que ver lo que pasa en cualquier asociación donde se juntan unos cuantos, ya sea el club de fúltbol, la empresa, cofradías, o sin irnos más lejos la propia familia. Es la condición humana. Lo que sucede es que en política hay más influencia, más poder y más dinero. Hay que agradecerles a los políticos locales su honestidad, que no está reñida con cometer errores, como se demuestra cada día, pero es un activo a su favor, y no pequeño.
El mundo de la política necesita una catarsis, y necesita aire fresco, empezando por los partidos y acabando por la conciencia cívica de cada cual.
Yo estoy satisfecho con los políticos actuales en mi pueblo, no hay estridencias, no hay bravatas, no hay estridencias, y no hay sangre, que es lo que muchos parecen esperar de la política. Para trabajar por unpueblo hay que hacerlo en un clima adecuado.
Sinceramente y creo que objetivamente, en Villacarrillo el partido actual con mejor plantilla es el socialista, y solo hay que ver los concejales de cada grupo para comprobarlo. De acuerdo en que alguno de los otros partidos tiene algun buen concejal, pero como grupo son manifiestamente mejorables. Sería una pena que los buenos concejales, de cualquier grupo, acaben abandonando el ayuntamiento de Villacarrillo pues no andamos sobrados y su trabajo a todos nos convienen que les salga bien. Yo creo que usted es un buen concejal, incluso un sobresaliente concejal, y prueba de ello es que es el unico que conozco de los contornos capaz de mantener un blog para abrirse a la gente de su pueblo, ademas de mantener un trabajo serio y solvente desde que le recuerdo en el ayuntamiento. Y esto de reconocer a los ajenos nos cuesta mucho trabajo, por eso creo que habría que hacerlo mas a menudo, para que se sientan respaldados y nos sigan ofreciendo su buen trabajo.
Estimado Sebastian.
Quisiera felicitarte por la idea tratada en el post de referencia.
La pequeña crítica que te hago, desde mi punto de vista, es que la profundidad del tema es tal que no era necesario hacer referencia a personas, que en cierta medida y con una lectura somera del post, puede parecer un ataque desde tu condición política socialista.
Para ilustrar mi reflexión, permitaseme utilizarme como ejemplo.
Soy joven, formado, y con una expereiencia laboral digamos jugosa. A pesar de la juventud he desarrollado mi experiencia profesional desde los 22 años en una ciudad, donde la competitividad es máxima y donde cada día has de demostrar lo válido que eres para el puesto de trabajo que ocupas, pues la gran oferta laboral (muy preparada) que empuja por detrás, no te permite el menor resquicicio de indolencia, agotamiento de ideas o indolencia. En definitiva, un ambiente laboral altamente competitivo y muy productivo. Algo que por ejemplo no he percibido en mi relación laboral con empresas andaluzas o en mi entorno Villacarrillense.
Dicho lo anterior, me considero preparado para afrontar cargos de responsabilidad, (que por otro lado ya ocupo en el sector privado), dentro de la REX pública. Además es una idea que me interesa y me llama la atención.
¿Por qué no lo intento, si a priori me sería grato y creo que tendría la capacidad para desarrollarme, aportar y aprender? Por que las opciones políticas tan sectorizadas no me convencen como persona con un espectro amplio de ideas (ideas tanto sociales -supongo PSOE-, como liberales -en mi idea más prólija del PP-). Olvidadada eideal "idea" de la izquierda más rancia (IU y sus visicitudes políticas en sus deribas nacionalistas y/o decimonónicas).
¿Qué me queda? Pensar en que la política es trabajo de equipo y como tal, asumir diferentes convicciones que de forma individual no asumiría.
Un buen recurso este para justificar mi idea de introducirme en la política local, de alguna forma.
Pero ¿por qué compartir grupo con quien no comparto alguna de sus ideas?
Quizá tú me puedas responder si te sientes plenamente feliz en tu grupo político o bien, haciendo acto de sinceridad suprema, me puedas afirmar que en algún momento de tu dilatada vida pública-política no habrías cerrado la puerta tras de tí con tal de no aguantar esa demagogia imperante que en algún momento has tenido que ver.
Sinceramente, tu mejor post. Sinceramente, la política ha de hacer la reflexión interna de las ideas y la cabida de todos.
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