Ahora que la obra del Paseo avanza a buena velocidad, es conveniente razonar el porqué de una decisión importante que hubo que tomar. Porque lo mismo que se le explican al ciudadano las cosas que se hacen, hay que explicarle las que no.
Hace unos años, gobernando Teresa Vega, y cuando se discutían los proyectos de reforma de este Paseo, se planteó seriamente la opción de aprovechar la obra para construir un aparcamiento en el subsuelo. Se hicieron estudios técnicos y cálculos de coste como base para discutir sobre datos y no sobre impresiones o suposiciones.
En aquel momento las opiniones del equipo de gobierno a favor y en contra estuvieron muy igualadas, y existieron posibilidades ciertas de haber abordado el proyecto.
Como en casi todos los asuntos que tratamos el equipo de gobierno de este Ayuntamiento, se expusieron los razonamientos "pro-parking" y "anti-parking" con la máxima habitual de que fuese cual fuese la decisión todos actuaríamos como uno sólo.
A favor había poderosas razones: que era el momento oportuno aprovechando la reforma del espacio lo que ahorraría costes, y sería casi imposible ejecutarlo posteriormente con esa reforma y ese gasto ejecutados recientemente; que crearía plazas de aparcamiento en una zona crecientemente comercial, absorbiendo la eliminación de aparcamientos por peatonalización, garantizando la oferta durante muchos años; que crearía puestos de trabajo, pues sólo se barajaba la posibilidad de pago por uso, lo que demandaba una gestión municipal o concesión administrativa; que optimizaba el espacio al aprovechar el mismo solar para Paseo y parking.
Sin quitar razón a estos argumentos, estábamos quienes opinábamos que pesaban más los contrarios: el económico: el coste se elevaba a varios cientos de millones de pesetas que de algún sitio había que sacar (de los bolsillos de los ciudadanos) para no recuperar la inversión jamás, dadas las cifras de negocio que se pueden mover en Villacarrillo, la experiencia nos enseña que ya ha cerrado el de Alcalá la Real, población con más movimiento económico y costumbre de pago por uso, el de Cazorla con graves problemas, y algún otro en la misma linea, mucho dinero para tan alto riesgo; y un dato añadido, ya tenemos en la zona una oferta de zona azul, siempre más barata que un parking, que está lejos de saturarse; en Villacarrillo hay muy poca costumbre de pagar por usar, además de que el Ayuntamiento ya tiene abierto un parking bajo el Mercado que no se usa ni siquiera de forma gratuita; existe la posibilidad cierta de aparcar gratis en zonas cercanas, hablamos de sólo 100 metros, como Gustavo Adolfo Bécquer, Gómez de Llano, Mingo Priego o el mismo perímetro de Paseo; y un último argumento, el de la opinión pública: la obra requeriría dos años de ejecución y demoler el Paseo en su totalidad, lo que generaría una fuerte corriente desfavorable al proyecto, en mi opinión totalmente mayoritaria, y a la destrucción (aunque con reconstrucción) de un patrimonio histórico y emocional
Resumiendo, con el pueblo en contra, un coste económico muy alto y a fondo perdido, y la existencia de una oferta razonable de aparcamiento, se deshizo el equilibrio y se decidió abandonar el proyecto y poner la vista en otras prioridades municipales.
Aún así, sigue habiendo gente que opina que habría sido un proyecto necesario. Y están en su derecho.
4 comentarios:
Si alguna persona tuviese que vivir de lo que la gente pague en Villacarrillo por tener el coche metido en un parking, que fuese pidiendo hora en Cáritas para poder comer.
Si tocais el Paseo, estais en la calle.
Creo que ha sido una decisión acertada. Estamos acostrumbrados a valorar grandes obras como progreso, y ésta en concreto era una obra farónica, innecesaria, agresiva con el entorno, y nos iba a salir por un ojo de la cara para que no aparcase nadie.
Menos mal que eso no salió adelante, porque como bien dices, en Villacarrillo no estamos acostumbrados a pagar por usar.
Decición muy acertada, Seba.
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