****Como habéis podido comprobar el blog lleva unos días sin actualizarse. La causa, un problema técnico con el servidor, que finalmente se ha subsanado****
Hace casi dos décadas que la ley permite celebrar bodas civiles en los ayuntamientos. Y esta posibilidad, que hoy se asume con naturalidad, fue en su momento fuente de controversia con quienes defendían la exclusividad de la Iglesia para formalizar este vínculo. Pasado el tiempo, las bodas civiles se ven con una absoluta naturalidad y se perciben como lo que son, un ejercicio de libertad de elección, además de un derecho constitucional.
En un principio, la única posibilidad de matrimonio civil fue el del juzgado, que ha atesorado mala fama por su austeridad y parquedad, donde el juez lee ante los contrayentes los tres artículos del código civil que regulan el acto, solicita la conformidad, firman las actas, y a la calle. A día de hoy poco han cambiado.
En el Ayuntamiento de Villacarrillo se comenzó este rito también con cierta parquedad e improvisación (era una boda cada muchos meses), pero transcurridos los años se ha instaurado un ceremonial que lo ha dotado de una dignidad que en poco envidia a la ceremonia religiosa. Así, este año 2009 el número de bodas puede acercarse a la media de una al mes.
La regulación de estas ceremonias se refleja en un reglamento interno, del que ahora hablaré, que hace referencia a la organización y detalles de las mismas. No obstante, existe suficiente flexibilidad para adaptarse a las preferencias de los novios, en ornamentación, organización y protocolo, siempre guardando la dignidad del acto y de la Corporación Municipal.
El proceso comienza en el juzgado (Registro Civil), donde los novios deben acudir a solicitar la documentación necesaria, expresando su deseo de hacerlo en el Ayuntamiento. Tras varios meses (que pueden ser unos cuantos) de trámites y exposiciones, la documentación se remite al Ayuntamiento, donde se tramita el resto del procedimiento. Los novios hablan con el alcalde y buscan fecha. La ceremonia la puede celebrar cualquier concejal, de gobierno o de oposición, con la delegación expresa del alcalde.
A partir de aquí se deciden los detalles con el concejal encargado del protocolo de la ceremonia, que para el caso es quien esto escribe, y dentro de los términos del reglamento de bodas civiles. Se decide el lugar, y aunque la legislación permite su celebración dentro del término municipal, se ha restringido a los edificios que se han considerado aportan una necesaria dignidad, en este caso, el salón de plenos del Ayuntamiento, el Teatro Coliseo, y la Casa de la Cultura (el más demandado en la actualidad por la monumentalidad del edificio y las virtudes estéticas de su patio), más los centros municipales en Mogón, Agrupación, La Caleruela y Arroturas.
Patio de la Casa de la Cultura
El coste tiene dos componentes: el trámite administrativo, que es de 60 €, e incluye todo el papeleo, la disposición del local y sus medios habituales, más un pequeño regalo a los novios y una copa de champán tras la firma de las actas. Normalmente los novios encargan el adorno del local a alguna floristería y si se trata del patio de la Casa de la Cultura las sillas y megafonía a una persona que se encarga de absolutamente todo.
La ceremonia en sí se desarrolla según el deseo de los novios: traje de novia, padrinos, discurso del oficiante, anillos, arras, intervención de familiares o amigos, música en directo, lectura de los artículos del código civil y petición de consentimiento, beso de la pareja, firma de las actas con los testigos, copa de champán, detalle del Ayuntamiento, arroz, y el tiempo de las fotos, siempre muchas fotos.
Lo importante al final, el vínculo y el compromiso de una pareja feliz.
10 comentarios:
Digan lo que digan, una boda que no es por la Iglesia no es como Dios manda.
Anónimo, Dios es el que manda en su Iglesia, luego una boda eclesiática es como Dios manda.
Pero los que no quieran que Dios les mande... o que no le dejan volver a casarse, a no ser por vía Tribunal de la Rota... pues por lo menos que tengan una ceremonia digna y con decoro.
Por cierto, este año estuve en una BODA JUDIA en EEUU oficiada por UNA RABINA¡¡¡ (o sea, una mujer) y te aseguro que allí todos decían que era una boda como Dios manda, y según la tradición, con su ceremonia que incluía la firma por parte de los novios del contrato matrimonial antes de la boda, todos los hombres con el gorro judío puesto, los votos nupciales y un baile ceremonial del novio y la novia girando alrededor de su pareja durante el casamiento... Fue una ceremonia preciosa y con más sentido que la católica en muchos detalles.
Hay varias opciones de bodas en el mundo, y dependiendo del punto de vista de los contrayentes y de los que asisten en ellas piensan que son "como Dios manda", cuando en realidad es como manda su tradición, su cultura, y su educación y sus valores.
Que a la iglesia le habría gustado mantener el monopolio de las bodas es una constatación documentada en la fuerte oposición de aquel momento, instando a los políticos afines a evitarlo. Vamos, como ahora con otros temas. Le siguió la oposición al divorcio, y un largo etcétera.
Afortunadamente la sociedad camina por otros vericuetos y las bodas civiles, como bien dices, son un derecho y un avance social.
La libertad de pensamiento y elección son bases de una sociedad democrática y libre, aunque probablemente no avanzamos lo suficiente en este aspecto y no plegamos a iglesias de todo tipo: religiosas, políticas (algunos partidos parecen iglesias), financieras o comerciales.
Yo creo que Halatriste lo ha clavao.
Con tan pocas palabras que bien lo ha explicado el tio.
Un saludo.
Amigo Sebastián,te pregunto: ¿Si se te presentan dos maromos y te piden que los cases, te temblará la mano?
¿Cuando finalice la ceremonia y se besen en los morros, con su bigote incluido,no se te revolverán las tripas?
¿Y si en vez de gais son lesbianas no se te atascará la voz?
Para el Tio fraskito!! Tio (personajillo). Estamos en el siglo 21 y tus pensamientos son del 18. Haber si te modernizas, y vés un poco de realidad. Hoy en día se puede casar un hombre con otro hombre, o una mujer con otra mujer y si se besan, es por que se kieren y es lo más bonito que existe. (Prefiero un beso a una paliza). Tenga o no tenga bigote, yo beso a la persona que quiero. Y la persona que me case, lo debe de aceptar y ver tan normal. Creo que Sebastián si se dá el caso, lo vería y actuaría de lo más normal. Lo que sucede que por desgracia yo me casaré con mi pareja, fuera de mi apreciado pueblo (por desgracia) hasta que no cambie un poco su pensamiento "de pueblo" y acepten lo que es normal, creo que pocos gays o lesbianas se casarán en un pueblo. La política en los pueblos nos debería de ayudar un poco. Gracias!!!
Si señó, se puen casá un tío con otro tío y una sagala con otra sagala, pero eso no es matrimonio ni na de na, ni aunque estemo en er siglo XXI.
Mie osté, yo soy mu chapao a la antigua, lo reconosco, pero si veo a dos tíos besarse en los morro y en plena calle se me arrugan hasta las uña de los pies.
Pero lo que nunca haré es desirle "personajillo" a un hombre que se viste por lo pie, o sea, que es mu macho y si desir macho le molesta pues...
Aparte de lo de "personajillo" que sobraba y no venía al caso, no está bien ridiculizar los sentimientos de nadie, porque no es cristiano. Que a nosotros no nos gusten determinadas cosas no es razón para condenarlas. A mi no me gustan las mujeres feas y sería ridículo que quisiese prohibirlas. No me gusta el cine español y no voy a pedir que se les impida filmar películas. Se me abren las carnes cuando veo a Esperznza Aguirre y no pido que la exilien.
Y si a este señor no le gusta ver dos tios besándose, no quiero decirte si hubiese nacido en un país del Este donde esa manifestación es habitual como saludo.
Y aunque yo no creo que me pudiese casar con un tío ni harto vino, no voy a negarle ese derecho a nadie, y si en la iglesia no los dejan porque hace no se cuantos siglos un Papa dijo que aquella practica no la iban a tolerar (luego vendrían las condenas a muerte por hacerlo bendecidas por la iglesia) hacen muybien a irse al juzgado a al ayuntamiento.
Mire osté, querío amigo: Yo no ridiculiso lo sentimiento de naide, le repito que la unió de dos tíos o de dos tía no es matrimonio y sanseacabó.
Y esto no quie desir que no se arrejunten o se casen pero que lo llamen matrimonio pues no-
Y si quieren besarse o acarisiarse que lo hagan en su casa, donde naide los vea.
¿A osté l´agradaría que sus hijo pequeñajos vean a dos maromo besarse en er Paseo o en er Parque a plena lus der día¿ Pues a mí no, como tampoco me gustaría haber nasío en el Este, que no cambio negún país por mi pueblo, que es er mejó der mundo mundial.
Soy gay y besaré a mi novio en la calle o donde quiera; y al que le moleste, k no mire; ese es su problema, el no mirar hacia adelante. Y lo de casarse! yo aún no lo voy a hacer, pero tengo el mismo derecho que tu.
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