Como es un asunto que se remonta a más de una decena de años con diversas ramificaciones, no está de más una explicación pública, que ya ofreció en los medios el alcalde, pero que me gustaría ampliar dado que he vivido sus últimos, y trascendentes, 10 años.
En primer lugar, aclarar una cuestión que no es del general conocimiento: la iglesia de Santa Isabel, que a lo largo de la historia ha sido también convento de clausura, cárcel durante la ocupación francesa y hospital, es en la actualidad de titularidad municipal (siendo éste un tema de conflicto, que detallaré más abajo) y por tanto al Ayuntamiento competen las decisiones últimas sobre el bien.
Primero la explicación de la urgencia. Ante el evidente mal estado del edificio el arquitecto municipal realiza una inspección y constata elementos en el interior y en el exterior que pueden provocar desprendimientos y peligro para las personas, con lo que elabora, firma y presenta en alcaldía un informe, que a partir de ese momento hace recaer la responsabilidad de cualquier percance sobre el Ayuntamiento y su alcalde, que puede llegar en caso de accidente a ser responsabilidad penal. Con ese informe sobre la mesa ningún alcalde en su sano juicio puede hacer otra cosa que ordenar su cierre y vallado perimetral de forma inmediata y urgente.
Segunda cuestión, el estado del edificio y qué hacer al respecto. Este es, para mí y muy por encima de todo lo demás, el asunto más importante: que ese edificio se conserve en perfectas condiciones para el pueblo de Villacarrillo. Lo demás es ruido y problemas secundarios, por muy importantes que nos parezcan a unos o a otros.
El progresivo deterioro del edificio se constata desde hace años y la alta cuantía de su arreglo se escapa, por mucho, de las posibilidades del Ayuntamiento, por lo que venimos haciendo gestiones ante la Consejería de Cultura para que la Junta de Andalucía aborde la obra. En esa lucha nos ha sido de gran utilidad la ayuda de la delegada de de Cultura en Jaén, nuestra paisana Paqui Company. Varios de sus arquitectos han abordado el problema y elaborado a partir de mediciones y estudios geotécnicos un proyecto de rehabilitación completo.
Este proyecto habla de las patologías: asientos de cimentación que provocan grietas y fisuras generalizadas en muros y bóvedas, humedades por capilaridad en los muros, falta de estanqueidad de la cubierta por envejecimiento y deterioro del entejado y el tablazón de madera que lo sustenta, descomposición de la piedra en las piezas que forman la cornisa de la fachada por meteorización.
También trata el proyecto de la intervención necesaria: recalce de la cimentación, restauración de la coronación de los muros, demolición de la cubierta, construcción de nuevo armazón, cerramiento del tejado, reparación de grietas, tratamiento de las humedades, reposición del junteado, tratamiento de las bóvedas, instalación eléctrica completa e instalaciones de protección. Plazo de ejecución 6 meses, con una empresa especializada en inmuebles histórico-artísticos. Presupuesto total aproximado, 530.000 € (casi 90 millones de pesetas).
¿Quién paga ese coste?
Desde hace años la Junta de Andalucía, el Obispado de Jaén y los ayuntamientos a través de la FEMP, desarrollan un convenio marco para grandes reformas de edificios religiosos, con la distribución de cargas económicas. Si las tres partes están de acuerdo, la obra se incluye en un convenio específico y se ejecutan las obras. Así hace pocos años la Iglesia de la Asunción se benefició de ese convenio tripartito.
En el momento actual, la Junta de Andalucía tiene redactado el proyecto básico y está de acuerdo en aportar dinero, el Ayuntamiento está de acuerdo en aportar dinero, aunque su situación económica no lo hace fácil, pero consideramos la imperiosa necesidad de la restauración de la Iglesia para el patrimonio arquitectónico de Villacarrillo. Falta que la tercera parte, el obispado se manifieste en la misma dirección.
A este respecto aflora un asunto que lleva años sobre la mesa. Y antes de explicarlo, aclaro que cada parte tiene derecho a mantener las posiciones que considera defienden a sus respectivas instituciones, unos los derechos de la Iglesia y otros los derechos del pueblo de Villacarrillo a través de su Ayuntamiento, al que en este asunto he representado en algunas ocasiones.
El anterior párroco, D. Manuel Peláez puso sobre la mesa la demanda de la propiedad de la Iglesia de Santa Isabel aduciendo (haciendo una simplificación que quita muchos matices) que la inscripción registral de la misma de principios del siglo XX a favor del Ayuntamiento no debía haberse hecho, dado que consideraba era propiedad de la Iglesia que no escrituraba sus bienes. La posición de los asesores legales del Ayuntamiento discrepaba de esa interpretación y argumentaban que en caso de haber sido así la Iglesia lo habría alegado en aquel momento, además de que un Ayuntamiento como entidad administrativa de derecho no puede ir contra sus propios actos y que el inmueble está legalmente inscrito a nombre del Ayuntamiento. Así la Iglesia ha venido pidiendo la devolución del bien. Se pidieron informes a la historiadora Ana Olivares y se tuvo una entrevista con el registrador de la propiedad, sin que se desbloquease el tema.
Había que buscar una salida al problema que "salvase la cara" a todas las partes, considerando que desde el Ayuntamiento se está totalmente de acuerdo en que el bien siga manteniendo su uso religioso por parte de la comunidad de las Mercedarias y de la cofradía, a cuya hermana mayor, Paqui Crespo, doy ánimos para continuar con la responsabilidad del cargo, en los momentos difíciles que están pasando. Así se realizó una propuesta a la Iglesia, que apoyan por unanimidad todos los grupos políticos del Ayuntamiento: efectuar una cesión de la propiedad de la iglesia de Santa Isabel con la condición resolutoria de mantener el culto durante al menos 30 años, y en caso contrario volvería a propiedad municipal. Esto es, cesión con escrituras de propiedad desde el primer día, propuesta que fue bien vista desde el propio entorno de la Iglesia. En aquel momento los representantes de la Iglesia no lo consideraron conveniente y han seguido pidiendo la propiedad y el reconocimiento del error. A día de hoy desconozco una opinión importante, la del nuevo párroco.
Esta semana está prevista una reunión con representantes del obispado para desbloquear el tema. La posición del Ayuntamiento: prioridad total a la restauración de la Iglesia; en segundo lugar, regularizar la situación de la propiedad con la propuesta que antes mencionaba. Esperamos y deseamos que la decisión del obispado vaya en la misma línea que Junta de Andalucía y Ayuntamiento y veamos pronto las obras de restauración de nuestro hermosa iglesia de Santa Isabel.