Medidas municipales ante la crisis

A estas alturas del año es clara la tendencia económica a nivel nacional, con recortes generalizados en todos los niveles de las administraciones públicas.

El Ayuntamiento de Villacarrillo no es ajeno a esta situación. Hace años vengo hablando en este blog del déficit crónico de los ayuntamientos; una situación que se remonta a los inicios de la democracia con unas competencias que se han ido multiplicando (sirva como ejemplo, los servicios sociales) sin venir acompañadas de la financiación necesaria, con el resultado de una tensión económica creciente y unas dificultades acumuladas para hacer frente a sus obligaciones. Un problema de todos y cada uno de los ayuntamientos españoles.

En épocas de bonanza económica la fluidez de ingresos extraordinarios ha enmascarado y paliado, que no resuelto, el problema. Se producen ahora caídas generalizadas en los impuestos ligados a la actividad económica, como los de construcciones o plusvalías, en los provenientes de la participación en los tributos del Estado (sólo este año ha caído en 100 millones de pesetas para Villacarrillo), o en los ingresos por venta del patrimonio municipal, que aunque nutrido (el Ayuntamiento dispone de unos 20.000 m2 de solares), tiene difícil salida al mercado.

Se hace imprescindible un ajuste económico que garantice la supervivencia de los servicios municipales. Y aunque doloroso, hay que hacerlo con sentido de la responsabilidad y anteponiendo los intereses generales de Villacarrillo a cualesquiera otros.

Las estructuras municipales carecen de la flexibilidad de una empresa. Una empresa baja sus pedidos o ventas a la mitad y reduce trabajo y plantilla a la mitad. Un ayuntamiento no puede, legalmente, hacer eso. Hay que optimizar los recursos, garantizando los derechos de los trabajadores, prestando los servicios básicos, y mirando por los más desfavorecidos.

En esta tesitura la sostenibilidad del sistema impone recortes sustanciales .

Para empezar, el alcalde ha asumido una rebaja de sus retribuciones en torno al 15%, muy por encima de las recomendadas y de las que se van a aplicar la mayoría de los ediles del resto de España. Le seguirá un paquete de recortes que empezará en cualquier asignación que reciban los concejales, eliminación de todo tipo de gastos de representación, reducciones signficativas de los presupuestos de funcionamiento de las concejalías, reordenación del capítulo de inversiones, reducción de gastos corrientes, y estudio económico de los servicios municipales para ajustarlos a los niveles de ingresos.

La definición de este plan seguirá el curso administrativo municipal: elaboración por los técnicos y el equipo de gobierno, presentación a los grupos políticos y exposición a los trabajadores y opinión pública.

Somos conscientes de que los recortes suponen dejar proyectos en el camino y esfuerzos comunes, pero está en juego la estabilidad económica municipal, y es necesario garantizar el futuro de los trabajadores y de los servicios que presta el Ayuntamiento. 
Lo que si ha de ser clara es la hoja de ruta que presente el equipo de gobierno, para que la necesidad del esfuerzo sea una tarea justificada y comprendida, y genere confianza en la ciudadanía de Villacarrillo.