La campaña de la aceituna es tiempo propicio para pícaros y amigos de lo ajeno. No son infrecuentes pequeños hurtos en la localidad y robos de aceituna aprovechando cualquier circunstancia. Aunque sorprendería conocer alguno de los implicados en robos de años anteriores, cogidos "in fraganti" por el dispositivo conjunto de Guardia Civil y Policía Local, que tan buenos resultado viene ofreciendo.
Aquí resulta más imprescindible que nunca la colaboración ciudadana.
Aunque una circunstancia me viene sorprendiendo año tras año: a pesar de la situación extrema de muchos inmigrantes, bien por el mal tiempo continuado, bien por la ausencia de cualquier trabajo, el índice de conflictividad es relativamente muy bajo, teniendo en cuenta que muchos no tiene ni para comer y que esa situación es un caldo de cultivo perfecto para la desesperación.
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