Hoy es un día trágico. Estamos acostumbrados a conocer por los medios de comunicación muertes violentas, víctimas de la violencia de género. Pero nunca pensamos que nos va a tocar tan cerca.
La mañana nos ha sorprendido con un vil y brutal asesinato a sangre fría, el de una mujer de La Caleruela, Ramona Martínez, a manos de su marido.
La historia no por conocida y frecuente deja de ser impactante: un matrimonio en vías de separación, un marido despechado que acude a la más cobarde de las soluciones, el asesinato de su mujer.
La pareja, de 45 y 44 años y con dos hijas de 25 y 21, estaba de vuelta de Andorra y pasaba por dificultades económicas y personales, la mujer se disponía a la separación. Él acudió el domingo por la mañana a recoger a su mujer del autobús, envió a la hija al pueblo vecino y ejecutó su terrible crimen asestándole varias puñaladas mortales. Según cuentan, aun tuvo la sangre fría de llamar a un familiar para advertirlo del hecho.
No es fácil buscar soluciones a esta lacra inhumana. De cualquier forma y para todas aquella mujeres que de una u otra forma sufren esta violencia sórdida y diaria, he encontrado este decálogo: