(Contenido del programa en Cadena Dial Villacarrillo del 2 de julio de 2019)
HOY NOS
PONEMOS DIVULGATIVOS. ESCUCHAMOS HABLAR DE LA INFLACIÓN Y EL IPC CONTINUAMENTE,
Y POR ALGO SERÁ
Tenemos
una idea intuitiva de la inflación, pero este es un concepto que nos interesa
mucho conocer para nuestra economía familiar. De
forma rápida: la inflación es el aumento del coste de la vida.
Con un
ejemplo mejor: hoy tienes 1.000 €, y con esos 1.000 € puedes comprar comida
para la familia para 50 días. El año que viene los precios han subido y con los
mismos 1.000 € puedes comprar comida sólo para 48 días. El mismo dinero, los
1.000 € valen menos, puedes adquirir menos comida. Has perdido poder
adquisitivo.
En
realidad, la inflación no sólo tiene en cuenta la subida de la comida, sino de
todos los productos y servicios que consumimos: comida, vivienda, teléfono,
medicamentos, pero también el cine, aparcar en zona azul o la matrícula de la
universidad de tu hija. En resumen, todo lo que pagamos con dinero.
Hay
productos que suben y otros que a veces bajan, pero la inflación mide el
conjunto de productos que consumimos.
Y PARA MEDIR ESA INFLACIÓN SE
UTILIZA EL IPC DEL QUE TANTO ESCUCHAMOS HABLAR
Así es.
Para saber cuánto sube el coste de la vida, hay que medirlo. Y para eso está el
INE, que hace encuestas de precios midiendo las subidas y las bajadas. Eso lo
hace todos los meses. Pero lo normal es hablar del IPC al final de cada año.
Si
escuchamos que el IPC ha subido un 2% significa que si el año pasado
necesitabas 100 € para comprar unos productos, este año necesitas 102 € para
comprar los mismos productos. 2 € más, o sea el 2%.
ENTONCES ESTÁ CLARO QUE LA
INFLACIÓN TIENE MUCHA INFLUENCIA EN NUESTRA ECONOMÍA
Si la
inflación sube un 2% y tú sigues cobrando lo mismo, pierdes poder adquisitivo.
La
inflación tiene un impacto directo en las pensiones y en los sueldos.
Las
pensiones este año han subido un 1,6% y un 3% las mínimas. Como el IPC
interanual va por el 0´8%, en mayo, las pensiones le han ganado el otro 0´8%.
Un
ejemplo, una pensión de 12.000 € anuales gana unos 100€ en poder adquisitivo.
Poco, pero lo peor es lo contrario, ir perdiendo, lo que ocurrió durante varios
años.
Pero
esto pasa no sólo con el sueldo o con la pensión. También pasa con el ahorro.
Si
tienes 10.000 € a plazo fijo al 0,2%, no te pienses que estás ganando dinero. Si
la vida ha subido un 0´8%, tu pierdes un 0´6% en capacidad de compra, pierdes 60€
Y ¿QUÉ OCURRE SI LOS
PRECIOS BAJAN?
Ya ha
ocurrido. La gasolina un año bajó de precio. Y la gasolina es un producto
importante para calcular el IPC. El IPC llegó a bajar, a ser negativo.
Cuando
el coste de la vida es más barato que el año anterior se llama deflación.
Es
raro, y ocurre pocas veces, pero ocurre.
PERO ESO ES ESTUPENDO, QUE EL COSTE
DE LA VIDA SE ABARATE
Pues
no. No es bueno.
Si los
precios bajan, la gente se retrae a la hora de comprar. Si te vas a comprar un
coche y sabes que en unos meses te va costar más barato, te esperas. A nivel
general se consume menos, hay menos trabajo, menos producción y la economía se
estanca o se ralentiza.
Para
que una economía progrese, la inflación tiene que subir de forma suave. Pero,
si los sueldos no suben en la misma medida, entonces es malo para la gente.
Hay
otras dos cuestiones interesantes sobre la inflación, pero lo dejamos para un
próximo programa: la estanflación y los países con la inflación más alta del
mundo.
Curiosidad
de la semana: las cuentas del Gran Capitán
Hay
una frase famosa referida al dinero “eso son las cuentas del gran capitán”,
como sinónimo de cuentas hechas a tontas y a locas y con poco parecido con la
realidad. Tiene
un origen muy antiguo
En el
año de nuestro señor de 1400 y pico los Reyes Católicos conquistaron Nápoles, y
el general que dirigía los ejércitos era Don Gonzalo Fernández de Córdoba, más
conocido por el Gran Capitán.
A los
reyes no se les ocurrió otra cosa que pedirle cuentas de la campaña de Nápoles.
La verdad es que el rey Fernando el Católico era famoso por una exagerada
inclinación al control de gastos, y consideró que los realizados por el Gran
Capitán eran totalmente desorbitados.
¿Qué
hizo el Gran Capitán para justificar los gastos?: elaboró una lista que rezaba
lo siguiente:
o "Por picos, palas y azadones, para
enterrar a los enemigos de España: cien millones de ducados...”
o “Por limosnas para que frailes y monjas
rezasen por los españoles, ciento cincuenta mil ducados...”
o “Por guantes perfumados para que los
soldados no oliesen el hedor de la batalla, doscientos millones de ducados...”
o “Por reponer las campanas averiadas a causa
del continuo repicar a victoria, ciento setenta mil ducados...”
o “Y, finalmente, por la paciencia de tener
que descender a estas pequeñeces del rey a quien he regalado un reino, cien
millones de ducados...".
No
sabemos lo que de cierto tiene esta lista, pero no se le ocurrió otra forma de
justificar tanto gasto.
Tampoco
sabemos qué dijo el rey cuando la recibió, pero la frase ha quedado para la
historia.