(Contenido del programa FINANZAS PARA TODOS en DIEZTV Villacarrillo, del 7 de enero de 2025)
Es normal que necesites hacer alguna gestión financiera y que no puedas encargarte de hacerla personalmente. Porque estás de viaje, porque tu trabajo no te deja tiempo o porque necesitas ayuda para manejar ciertos trámites. En este caso, autorizar a otra persona para que lo haga por ti, puede ser una buena solución. Pero, cómo se hace esto. Y, sobre todo, cómo se hace de forma segura y legal.
Autorizar a otra persona puede incluir desde pagar facturas y hacer transferencias hasta llevarte la gestión de cuentas bancarias o presentar de impuestos. Y para que esta autorización sea válida, se utiliza un documento llamado poder o mandato, que establece qué puede hacer esa persona en tu nombre. Por cierto, a esa persona se la llama “apoderado”.
PARA EMPEZAR, ¿CUÁNDO ES ÚTIL AUTORIZAR A ALGUIEN?
Puede haber varias razones para autorizar
a otra persona:
o Vas a estar fuera de tu ciudad o país por
un tiempo prolongado.
o Tienes una enfermedad o algún impedimento
que te dificulta encargarte de tus finanzas.
o Confías en alguien con experiencia
financiera para que maneje asuntos complejos.
o Necesitas delegar algunas tareas por
falta de tiempo o de conocimiento.
Y ahora, TIPOS DE AUTORIZACIÓN:
o Poder notarial: este es el más común y uno de los más seguros. Se redacta en una
notaría, para asegurar que todo esté en regla. Con este poder, especificas qué
puede realizar la persona que autorizas y por cuánto tiempo.
o Autorización bancaria: los bancos suelen permitir que des acceso a una persona para
realizar gestiones en tu cuenta, como hacer transferencias o manejar
inversiones. Esto se gestiona directamente con el banco.
o Apoderamiento para la
Agencia Tributaria: Si necesitas que alguien se encargue de
tus impuestos, puedes otorgar un apoderamiento específico para trámites con
Hacienda. Esto se puede hacer de manera online o presencial.
Pero, ¿QUÉ DEBES CONSIDERAR ANTES DE DAR
UNA AUTORIZACIÓN?
o Asegúrate de que confías plenamente en la
persona que autorizas.
o Define claramente las condiciones: En el
documento de autorización, deja bien claro qué puede y qué no puede hacer esta
persona.
o Duración del poder: Piensa bien cuánto
tiempo necesitas que esta persona actúe en tu nombre. Si es para un solo
trámite, lo ideal es que el poder sea temporal o limitado a esa gestión
específica.
o Si tienes dudas, siempre es buena idea
pedir ayuda a un abogado o notario.
Por último, ¿CÓMO SE REVOCA UNA AUTORIZACIÓN?
Si en algún momento decides que ya no
quieres que esa persona siga haciendo gestiones por ti, puedes revocar el poder
o la autorización. Esto se hace generalmente de la misma
forma en la que se otorgó, ya sea a través del banco o en una notaría. Es importante avisar tanto a la persona
como a las instituciones involucradas (bancos, Hacienda, etc.) para que todo
quede claro y se detenga el acceso de esa persona a tus finanzas.
En resumen, si sigues estos pasos, podrás
delegar esas gestiones con tranquilidad, sabiendo que tus finanzas están en
buenas manos.
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